GRACIAS
Antes de que los recuerdos se conviertan en sombras del
tiempo y de que la memoria nos juegue una mala pasada, vamos a reflejar en unas
líneas lo que vivimos entre el 5 y el 11 de abril de 2017 en ese Hospital.
Partimos
de una vivencia muy fuerte: salvasteis la vida de nuestro hijo Pablo. A partir
de eso lo que se va a desgranar a continuación se condensa en una palabra:
GRACIAS.
Llegamos sobre mediodía de aquel aciago 5 de abril en
situación de emergencia vital a los servicios de urgencias y se puso en marcha
vuestra máquina de atención sanitaria con una eficiencia tal que en pocos
minutos habían estabilizado la grave situación en la que se encontraba nuestro
hijo. Bajo la determinante coordinación del médico de Urgencias, el equipo de
enfermería y auxiliares recabó la información pertinente y tomó la decisión de
ordenar el ingreso en la Unidad de Medicina Intensiva.
Para mi mujer y para mí fueron los momentos más duros de
ese día porque perdimos el contacto con nuestro hijo y nos ahogaban las dudas
sobre lo que estaba pasando. Y, de nuevo, volvimos a constatar la atención
urgente y eficaz del equipo médico que se hizo cargo de la situación:
intensivistas, médico de UCI, internista, cirujano, otorrino, anestesista… que
nos mantuvieron constantemente informados de todo lo que fue ocurriendo en el
área quirúrgica del Hospital: había que reintervenir ya que la acumulación de
sangre a resultas de la operación de tiroides previa que mi hijo Pablo había
tenido en otro hospital, así lo consideraban como urgente.
Si esta es la síntesis de lo que ocurrió en apenas dos
horas de nuestras vidas, nos ha quedado una galería de profesionales de la medicina
que han protagonizado todo el tiempo de esos días que nos tocó vivir. Cada uno
de ellos aportó lo específico de su tarea y la grandeza de su humanidad.
GRACIAS, Dr. Segura
por su actuación decidida cuando la urgencia lo hizo necesario, por saber
tranquilizarnos en aquellos momentos tan difíciles para nosotros. Traslade
nuestro reconocimiento más sincero al equipo de enfermería que atendió a mi
hijo Pablo en ese primer momento.
GRACIAS, Dra. Sojo porque en sus manos estuvo la solución
al problema que traía mi hijo tras la extirpación del tiroides. Siempre
recordaremos sus palabras de profesional diciendo lo que iba a hacer y la
tranquilidad que nos transmitió al finalizar la reintervención quirúrgica
explicando lo que había encontrado y haber dejado un drenaje más corto en la
zona intervenida.
GRACIAS a la Dra. Míguez de la UCI que siempre nos tuvo
informados. Desde el momento en que se llevaban a nuestro hijo al quirófano
–“…está tranquilo”-, hasta cuando nos permitió verlo ya en el control de la
UCI, aunque no fuera ni horario ni las condiciones establecidas. Ella supo dar
respuesta a nuestra necesidad de verlo.
GRACIAS, Dr. Núñez García -Víctor- porque su explicación
técnica sobre lo que habían encontrado nos hizo comprender lo que había
ocurrido en el posoperatorio de Pablo y por su cercanía familiar de conocernos
en su consulta de otorrinolaringología de la que somos pacientes toda la
familia.
GRACIAS, Dr. Fernández, que una vez cumplida su tarea de
anestesista en estos momentos de urgencia médica, tuvo tiempo, antes de volver
a su tarea en otro centro hospitalario, de confortarnos y asegurar que la
actuación quirúrgica había sido un éxito.
GRACIAS, Dr. Díaz Monrove -Juan Carlos-,
por cada momento que nos dedicó al vernos a la puerta de la UCI, por su
decisión de mantener a Pablo bajo el control de la UCI, por la cercanía humana
que nos dejaba en cada uno de los momentos que nos hablaba, por ese hilo
invisible que su acertada actuación fue tejiendo entre el equipo médico y
nosotros. Eternamente agradecidos.
GRACIAS, intensivistas de la UCI, que hicisteis más
llevadero el tiempo pasado en esa unidad de cuidados médicos: José Ángel (esa
personalidad que inunda toda la UCI), enfermeras 100% entregadas a su tarea,
personal en prácticas volcadas en aprender… Nuestro hijo Pablo ya ha olvidado
las malas sensaciones de estar anclado a las máquinas y cuenta las anécdotas
diarias que se provocaba y bajaba la tensión en ese espacio de salvación
médica.
Y vinieron los días de planta. Una habitación con vistas a
la pequeña laguna que bullía de vida en estos días de primavera. Pablo fue ganando
en estado de ánimo que se vio acentuado con la atención siempre positiva del
personal de planta: enfermería, auxiliares, personal de cocina y de limpieza…
no perdían ocasión por mejorar las largas horas de hospital. La primera vez que
vieron a Pablo dar un paseo por el pasillo, fue una fiesta. Nos emociona
recordarlo.
Martes Santo, 11 de Abril. Se produce el alta hospitalaria
y nos vamos dejando en ese hospital muchas horas de nuestra vida, muchos miedos
que supisteis rebajar, muchas personas que siempre quedareis en nuestro
corazón.
GRACIAS
Paco Toledo, padre
Pepa Mayorga, madre
PABLO TOLEDO
Alberto Toledo, hermano
Pues sí, yo soy ese doctor Fernández, anestesista, y Pablo, como vuestro hijo, y tampoco quiero que la memoria olvide que existen personas que curan, y otras que agradecen, y es esto último lo que te catapulta a seguir, pese a muchas trabas, adelante, con el convencimiento que si se olvidaran de nosotros los Toledo Mayorga no lo hicieron, y eso vale su peso en oro.
ResponderEliminarEternamente agradecido
Estábamos esperando en la puerta de la UCI del San Agustín con la incertidumbre en nuestras vidas y te paraste un momentito con nosotros para asegurarnos que todo había ido bien y que nuestro hijo Pablo se encontraba en las mejores manos (ahora sí). No hay palabras para agradecer ese acto humano de estar cerca del que sufre. Vuestra profesión es inmensa y espero que puedas seguir siendo así por mucho tiempo. De nuevo y por siempre GRACIAS
EliminarEstábamos esperando en la puerta de la UCI del San Agustín con la incertidumbre en nuestras vidas y te paraste un momentito con nosotros para asegurarnos que todo había ido bien y que nuestro hijo Pablo se encontraba en las mejores manos (ahora sí). No hay palabras para agradecer ese acto humano de estar cerca del que sufre. Vuestra profesión es inmensa y espero que puedas seguir siendo así por mucho tiempo. De nuevo y por siempre GRACIAS
EliminarMenos mal que todo ha quedado en un susto , agradezco también a esas personas que están ahí , para arreglar las meteduras de patas de otras .... Un fuerte abrazo a la familia Toledo Mayorga .
ResponderEliminarPaco ante todo desear la total recuperación de vuestro hijo Pablo, y después testimoniar al igual que tu, que tenemos grandes profesionales de la medicina que con su labor salvan vidas y curan muchos miedos y temores....Un fuerte abrazo
ResponderEliminarDesde la lejanía esas horas críticas se hicieron interminables hasta que recibí la llamada que me decía que Pablo estaba fuera de peligro. A día de hoy solo puedo decir que en ese hospital se encontraba el ángel de la guarda de Pablo convertido en médicos, enfermeras,auxiliares...Muchas gracias a todo el personal del hospital por la atención y dedicación prestada a la familia Toledo Mayorga.
ResponderEliminarDesde Córdoba muchos besos y a recuperarse pronto que tenemos que pasear por las calles de esta ciudad. Os queremos mucho familia Toledo Mayorga.
Paco,me alegro de que Pablo este más recuperado.Y que todo quede en una pesadilla.
ResponderEliminarMuchos besos para el,para ti y para Pepi.