MEMORIAL DEL ESTUDIANTE
DE 2º DE BACHILLERATO
Hoy es 26 de mayo de 2016.
Un buen día
de primavera para hacer balance de lo que hice, de lo que dejé de hacer, de
lo que fui y de lo que voy a ser.
Vaya por
delante que mi edad me permite mirar cara a cara el futuro.
No es que
sea una ventaja hoy en día –por el color negro de ese tiempo que vendrá- pero
pocos pueden alardear de disponer de años por venir.
Y ahí va mi primera petición.
Desearía que el curso próximo yo
pudiera elegir al profesorado que considero más idóneo para impartir las
asignaturas que me van a dar las herramientas fundamentales para mi formación
y mi éxito profesional.
Empezando
por el final:
no debería valer lo
mismo una asignatura de una hora a la
semana que otra de cuatro –aquí los matemáticos aplicarían la ponderación. Hacedlo-.
No hay lógica humana que pueda explicar que un Proyecto Integrado forme parte de la nota media
de un curso en igualdad con unas Matemáticas, una Filosofía, una Física o una
Lengua…
Además yo
propondría que la nota que se diera tuviera más base práctica. Vomitar en un
examen todo lo que he tragado en la memoria no lleva nada más que a limpiar el
vómito inmediatamente, con lo que queda
muy poco de lo que estudié.
Mi
propuesta va en el sentido de quitar aquellas partes de temario que no me van
a servir para mi desarrollo personal y profesional futuro.
Por ejemplo: si yo voy a ejercer de maestro bilingüe de primaria, me resultaría más conveniente que la comunicación
oral y escrita fuera el centro de mi formación en inglés y/o francés –u otro
idioma-.
Si voy a ser un futuro
empresario,
me gustaría
poder disponer de las técnicas y estrategias para defenderme en este sistema
productivo tan cambiante –menos explicaciones teóricas de lo que fue otro
tiempo-.
¿Y si me voy a dedicar al
mundo de la Informática?
Pues
quisiera que me enseñaran en lengua la manera correcta de expresarme técnicamente
acorde con un vocabulario y unas estructuras de comunicación prácticas –quitar
la lista de recursos literarios que les puede venir bien a los colegas de
Humanidades-Y así podría seguir…
Claro,
si se
redujera el contenido de las asignaturas a lo que realmente me interesa,
convendría establecer
un nuevo
diseño de adjudicación de horas a algunas asignaturas. Echando un cálculo por encima
pienso que
se podría reducir entre un 50 y un 20 por ciento.
Por
ejemplo, Geografía –quitando lo accesorio- podría quedar en dos horas a la
semana.
Lo mismo
ocurriría con Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente –también habría que
recortar el nombrecito-.
En definitiva,
tendría un horario más relajado en este agobiante curso final de Bachillerato.
Y llego al
meollo de este MEMORIAL:
habría que reducir el número de
asignaturas a aquellas que
resultan básicas para mi formación personal y profesional.
Y si todo
está pensado de cara al examen de Selectividad,
pues
quitaría todas las optativas, la religión y su alternativa.
Os aseguro
que no sufriría un déficit intelectual porque me faltaran.
Entiendo
que el sistema está pensado en mantener una plantilla de profesorado.
Pero si yo
pudiera elegir a los que dieran clase,
los profesores que sobraran
podrían dedicarse a otras tareas.
Que en el
instituto hay muchas cosas que están manga por hombro –esto es tema para otro
memorial (de agravios)-.
Bueno, aquí
cierro este memorial a quien corresponda;
pero que no le
quepa duda que lo he hecho con la mejor de las intenciones:
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BENEFICIAR AL
ESTUDIANTE DE SEGUNDO CURSO DE BACHILLERATO